Potsdam en dos días

Primer día

Primer día: Mañana

Comience su primer día en Potsdam con un breve paseo por la colonia rusa Alexandrowka. Las casas hechas con troncos de madera, que parecen de cuento de hadas, se construyeron originalmente en honor del zar ruso Alejandro, que era un buen amigo de Federico Guillermo III. Con amplios huertos de manzanas entre las casas, muchos días comienzan con niebla, lo cual crea un ambiente tranquilo y acogedor.

Tras pasar por la hermosa iglesia ortodoxa rusa de la colina de Kapellenberg, la siguiente parada es el palacio Belvedere en la colina Pfingstberg. Este romántico mirador es el punto más alto de la ciudad. Mientras disfruta de las vistas del centro histórico de la ciudad, los ostentosos palacios que brillan bajo la luz anaranjada de la mañana y el vasto paisaje fluvial, este es el lugar idóneo para hacer planes para los próximos dos días de relajación en Potsdam. La bulliciosa y ruidosa metrópolis de Berlín solo se intuye por su silueta en el este.

Un paseo por la zona verde proyectada por Peter Joseph Lenné le llevará a un barrio con grandes mansiones históricas. Esta zona no siempre fue tan acogedora como hoy en día, pues durante los años de la Guerra Fría aquí se encontraba la sede alemana de la KGB, el servicio secreto ruso, por lo que solo los residentes de la zona y los agentes podían entrar en esta parte de Potsdam. En aquella época se la denominaba la «ciudad prohibida». La antigua Prisión Preventiva Central del servicio de contrainteligencia militar soviético, ubicada en la Leistikowstrasse (Gedenk- und Begegnungsstätte Leistikowstrasse), conserva numerosas inscripciones en las paredes de las celdas. La exposición permanente cuenta el destino de los antiguos prisioneros.

El Palacio Cecilienhof (Schloss Cecilienhof), en el Jardín Nuevo (Neuer Garten), está a tan solo 5 minutos. Aquí, los «Tres Grandes» (el presidente estadounidense Harry S. Truman, el primer ministro británico Winston Churchill y el jefe de estado soviético Joseph Stalin) decidieron dividir Alemania en cuatro zonas de ocupación tras la Segunda Guerra Mundial en el que se conoce como «Acuerdo de Potsdam», lo cual desembocó en la división de Europa. No se pierda una visita al interior; la exposición permanente muestra las salas donde se celebró la Conferencia de Potsdam, así como la gran mesa redonda donde Stalin, Truman y Churchill tomaron decisiones que influirían en el mapa político mundial durante décadas.

Primer día: Mediodía

No muy lejos del Palacio Cecilienhof se encuentra el restaurante y cervecería artesanal Meierei. Las vistas del río Havel desde esta cervecería invitan a dejar volar la imaginación.

Después de un buen tentempié, el paseo hacia el extremo sur del Jardín Nuevo le llevará a un puente de celosía verde: el Puente Glienicke (Glienicker Brücke). Este puente conectaba Potsdam y Berlín Occidental durante los años de la Guerra Fría y era el lugar utilizado para intercambiar espías capturados. Esto hizo que se lo conozca también como el «puente de los espías». Además de su importancia histórica, el Puente Glienicke es también un lugar ideal para fotografiar el Palacio Babelsberg (Schloss Babelsberg), de estilo inglés, al otro lado del río Havel.

Primer día: Tarde

Desde el Puente Glienicke se puede tomar fácilmente la línea 93 del tranvía para regresar al centro de la ciudad, que tarda menos de 10 minutos. Sin embargo, es mucho más agradable un paseo en el taxi acuático, un transbordador que ofrece un servicio regular a los turistas entre abril y octubre, y brinda vistas desde el agua de lugares de interés cultural a lo largo de las riberas del río. El relajante viaje por el río Havel ofrece unas vistas ideales del Parque Babelsberg, así como del Teatro Hans Otto de Potsdam, con una estructura en forma de vela similar a la mundialmente famosa Ópera de Sydney. Viendo cruzar yates, veleros, barcas y canoas, no cabe duda de que los lugareños y sus visitantes saben que Potsdam es perfecta para explorarla desde el agua.

20 minutos después llegará al embarcadero de la Estación Central de Potsdam (Hauptbahnhof). Al cruzar el puente Lange Brücke («puente largo»), verá un palacio de color rosa justo enfrente. En realidad, no es un palacio, sino que se trata del Parlamento del Estado de Brandemburgo (Landtag Brandenburg), encajado en la fachada de la reconstrucción casi idéntica del Palacio de la Ciudad, que estuvo aquí hasta 1960.

El edificio del Parlamento es también el límite occidental del Mercado Antiguo (Alter Markt). No es difícil imaginar por qué este lugar, que comprende edificios como la enorme Iglesia de San Nicolás (St. Nikolaikirche), el Antiguo Ayuntamiento y el Museo Barberini, solía denominarse «el lugar más bello de Europa». Con la reconstrucción en curso del Mercado Antiguo, que se prevé que se prolongue hasta 2025, la plaza tiene la gran oportunidad de recuperar su esplendor. Hay numerosos museos alrededor de la plaza, lo que hace que la zona sea una de las más visitadas de Potsdam. A continuación, algunos ejemplos de lo que se puede ver y hacer aquí:

  • Sumérjase en la historia de más de 1025 años de Potsdam en el Potsdam Museum, situado dentro del Antiguo Ayuntamiento.
  • Admire obras de arte de fama mundial en el Museo Barberini.
  • Participe en el cine interactivo en la exposición permanente «La fábrica de los sueños: 100 años de cine en Babelsberg» en el museo cinematográfico (Filmmuseum Potsdam).
  • Pasee por los jardines perennes de la isla Freundschaftsinsel («isla de la amistad»).

El personal del Centro de Información Turística del Mercado Antiguo, experto en Potsdam, estará encantado de ayudarle con más ideas y consejos.

Primer día: Noche

Disfrute de la noche paseando por las calles del Barrio Holandés (Holländisches Viertel). Caminando por las callejuelas empedradas, entre los edificios de ladrillo rojo, pensará que ha viajado directamente a los Países Bajos. De hecho, el Barrio Holandés se considera el mayor conjunto de casas de estilo holandés fuera de los Países Bajos. Construido originalmente para los artesanos holandeses, hoy en día las calles están llenas de cafés, bares y restaurantes. En verano, podrá saborear el mejor ambiente de la ciudad sentado en la terraza de alguno de los restaurantes que rodean la Nauener Tor, con músicos callejeros tocando casi todas las noches. El escenario perfecto para una cena seguida de una o dos copas.

Segundo día

Segundo día: Mañana

Con el paseo por el Jardín Nuevo (Neuer Garten) y el viaje en taxi acuático a través del Parque Babelsberg, ya ha visto dos de las zonas de parques históricos que son Patrimonio Mundial de la UNESCO. Por ello, hoy puede centrarse en el Parque Sanssouci, el más famoso de todos los parques de Potsdam. Le esperan 300 hectáreas de bellos jardines con más de 11 palacios y edificios históricos. Para ver el Palacio Sanssouci por dentro, le aconsejamos que se dirija al centro de visitantes del molino de viento histórico (Historische Mühle) nada más llegar. De este modo, aumentarán sus posibilidades de conseguir una entrada para la visita al interior en la próxima hora. Si compra una entrada para un par de horas más tarde, no se preocupe: hay mucho más que explorar en este hermoso parque.

¿Quiere tenerlo todo planeado de antemano? Adquiera una entrada sanssouci+, que ofrece las siguientes ventajas:

  • Un acceso único a todos los palacios de Potsdam
  • Elija una hora para entrar al Palacio Sanssouci (se puede reservar con antelación)
  • Compre la entrada en los centros de visitantes del Parque Sanssouci o los Centros de información turística del Mercado Antiguo (Alter Markt) y la Estación Central de Potsdam (Hauptbahnhof).

Desde el Molino histórico, diríjase hacia el oeste para recorrer el Palacio de la Orangerie (Orangerieschloss), de 300 m de longitud. Sus enormes salas sirven de residencia invernal para todos los naranjos y otras plantas no autóctonas que se encuentran en la zona del parque durante el verano.

Si le gusta el arte, no deje de visitar el interior del palacio. La imponente Sala de Rafael exhibe una gran colección de unas 50 copias de cuadros de este artista italiano, como la Madonna Sixtina y La Transfiguración. Las paredes de color rojo intenso de la sala acentúan la belleza de los cuadros. Además, el Palacio de la Orangerie cuenta con dos torres mirador desde las que se divisan unas preciosas vistas del parque y sus edificios históricos.

Más al oeste, encontrará una avenida con cuatro hileras de árboles que conducen al Belvedere Klausberg. Este edificio es otra prueba del amor de Federico el Grande por Italia y su arquitectura.

Segundo día: Mediodía

Otros 5 minutos de paseo y se sentirá como si hubiera cambiado de continente. Con los tejados curvos coronados por estatuas de dragones dorados, la Casa del Dragón (Drachenhaus) parece una pagoda china. Construida originalmente como casa de los viticultores reales, la Casa del Dragón es ahora un café y restaurante muy visitado en medio del idílico parque Sanssouci. Tómese un descanso aquí para recargar las pilas con un almuerzo elaborado con ingredientes locales. El sumiller de la casa estará encantado de recomendarle la elección perfecta para complementar cada plato de entre una selección de 100 vinos.

Segundo día: Tarde

Al cruzar la Maulbeerallee, verá un enorme palacio de ladrillos rojos: el Palacio Nuevo (Neues Palais). Es el palacio más grande de Potsdam, con diferencia, y contrasta fuertemente con el íntimo y más bien modesto Palacio Sanssouci.

El edificio, al que el propio Federico se refería como la «fanfarronada» de Prusia, se hizo famoso por sus impresionantes interiores, como el Salón de la Gruta, el Salón de Mármol y hasta un teatro propio. El Salón de la Gruta, con el brillo de miles de conchas, cuarzos y otros minerales, estaba destinado a impresionar a los invitados de Federico el Grande y ahora puede disfrutarse de nuevo.

Para regresar al centro de la ciudad, puede tomar la línea de autobús 695, aunque si todavía no ha saciado su sed de palacios y jardines, será mejor que regrese a pie por el parque. Con el Pabellón Chino (Chinesisches Haus), el palacio de Charlottenhof (Schloss Charlottenhof) y las Nuevas Cámaras (Neue Kammern), por nombrar solo algunos, este parque está repleto de cultura, arquitectura y vistas que emanan cierto savoir-vivre. No hace falta decir que los palacios del Parque Sanssouci son un escenario impresionante para eventos como:

  • El Festival de música Potsdam Sanssouci (Musikfestspiele Potsdam Sanssouci). Representaciones de música del Renacimiento, el Barroco, el Clasicismo y el Romanticismo que se realizan en junio.
  • La Noche de los Palacios de Potsdam (Potsdamer Schlössernacht). Este festival de 2 días de duración se celebra en agosto y ofrece música, literatura y obras de teatro en el Parque Sanssouci iluminado.
  • La Ópera de Invierno (Winteroper) tiene lugar durante varios días de noviembre/diciembre en el recién renovado teatro del Palacio Nuevo.

Desde el extremo este del parque, volverá a entrar en la ciudad por la plaza Luisenplatz, con la Puerta de Brandemburgo (Brandenburger Tor). No la confunda con la Puerta de Brandemburgo de Berlín, pues solo comparten el nombre. De hecho, el monumento de Potsdam se construyó 20 años antes que su famosa hermana de Berlín.

Esta puerta es la entrada al principal eje comercial de Potsdam, la Brandenburger Strasse. Los encantadores patios traseros de la concurrida zona peatonal, con tiendas regionales, boutiques y cafés, invitan a disfrutar con calma del lugar. Tal vez encuentre el recuerdo perfecto para regalar a sus seres queridos.

Segundo día: Noche

Después de tanto deleite visual, es posible que su paladar esté celoso. En Potsdam hay una gran escena gastronómica esperando ser explorada. Los siguientes restaurantes son o han sido premiados por Michelin, Gault & Millau o han recibido reconocimientos regionales:

  • Restaurante Friedrich Wilhelm
  • Speckers Landhaus
  • Restaurante Juliette
  • kochZIMMER